Mario Ignacio Álvarez Ledesma

Doctor Honoris Causa
Mario Ignacio Álvarez Ledesma

M ario Ignacio Álvarez Ledesma nació en la ciudad de México, Distrito Federal, un 7 de noviembre de 1960. Sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria los realizó en Escuelas Valerianas y Maristas. Es orgulloso egresado del CUM, el famoso Centro Universitario de México, que en los años setentas y ochentas, era, con el Colegio alemán, la mejor preparatoria del país.

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Anáhuac, convirtiéndose la justicia y el estudio de la jurisprudencia en su obsesión, al encontrar que el Derecho le daba la oportunidad de hacer todo lo que siempre había buscado: cultivarse, escribir y, de paso, serle útil a los demás.

En la Universidad se encontró con grandes profesores que marcaron su vida y se convirtieron en modelo a seguir. Siendo estudiante, fue cofundador de la Revista Jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad Anáhuac.

En 1981 publicó su primer libro: Apuntes de Retórica, editado por la Escuela de Derecho de la Universidad Anáhuac.

Terminada la licenciatura, el Gobierno Español lo becó para estudiar un Diplomado en Derecho Comparado, una Maestría en Derechos Humanos y el Doctorado en Derecho. El examen recepcional lo presentó en la Facultad de Derecho de la UNAM.

En España, fue discípulo de una pléyade de intelectuales, en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Complutense de Madrid, encabezados por Gregorio Peces-Barba.

Regresó a México en 1990, con el propósito de dedicarse a la Academia de tiempo completo, pero se incorporó a la Secretaría de Gobernación como Director de Derechos Humanos. Sin embargo, posteriormente, se incorporó a la Universidad de las Américas, A.C., en la ciudad de México, en donde, además de docente, fue fundador de la Escuela de Derecho y publicó, a la par que muchos artículos, tres libros en el ámbito jurídico: Introducción al Derecho, en 1995, Acerca del concepto de Derechos Humanos en 1997 y Fundamentos de Derecho I en el 2000.

Su actividad docente se inicia como adjunto del Director de su escuela, con lo que incursionó, sin proponérselo, en la actividad docente. A la fecha suma 20 años como profesor. Diseñó la Licenciatura en Derecho, la cual fue, la primera en el país, en combinar el estudio y la formación en los sistemas jurídicos mexicanos, norteamericanos y canadienses.

Su texto Introducción al Derecho requiere mención especial. Tiene más de 17 reediciones. Es texto y referencia obligada de muchas universidades en México y en el extranjero. Su propósito, al escribirlo, era ofrecer a sus alumnos, una nueva visión del Derecho dándoles, un curso iniciativo acerca del mundo de lo jurídico.

Profesionalmente, dentro del sector público y siempre en el ámbito de los derechos humanos, se desempeñó como Primer Visitador General de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, fundó el Centro de Derechos Humanos de la CNDH, fue Director General y actualmente Primer Subprocurador General de la República en materia de Derechos Humanos.

Consciente de que sólo en la práctica puede hacerse un buen abogado y que la dogmática jurídica tiene sentido si sirve para convertir al Derecho en un instrumento mejor y más útil, suele sentirse decepcionado de no haber hecho más por el país en los cargos que ha ejercido.

Orgulloso de nunca haber dejado de ser profesor universitario, ha colaborado en la Facultad de Derecho campus Mexicali de la Universidad Autónoma de Baja California, dictando siete conferencias en el Aula Magna, como docente en la Especialidad en Derecho, impartiendo la asignatura Deontología Jurídica. Brindó su apoyo para la reestructuración del plan de estudios de la Licenciatura, de conformidad con el modelo por competencias, en las materias de Teoría del Derecho, Teoría de la Justicia, Argumentación e Interpretación Jurídica y Filosofía del Derecho, dirigió una tesis de maestría relativa a la posibilidad de crear órganos de defensa de los derechos de los alumnos y en breve participará como sinodal en dos exámenes de doctorado.

Para referirse a su vida, suele mencionar dos citas de célebres pensadores: Kant, que dijo que no había peor defecto que la ingratitud, por que significaba incapacidad de amar y de recibir amor y Oscar Wilde, que sostenía que no había peor defecto que la superficialidad. Y así, sostiene que no quiere que su vida se convierta en un ejemplo de ingratitud y superficialidad, sino que quiere seguir viviendo como un hombre agradecido y apasionado.

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Mario Ignacio Álvarez Ledesma